Sobreviviendo al confinamiento con Philosophyium.

¡Hola a todos, lectores! Bienvenidos al primer post de Philosophyium. Nos hace mucha ilusión poder comenzar este proyecto tan original en una situación que parece muy poco agradable. Necesitamos distraernos del aburrimiento de la cuarentena, y aquí estamos, redactando esta biblia en la que encontraréis temas de debate sometidos al humor. No tenemos pruebas, pero es que tampoco nos quedan muchas dudas.
En Philosophyium nos queremos dedicar a informar y compartir opiniones sobre diversos temas porque, seamos sinceros, ESTAMOS UN POCO HARTOS DE TANTO CONFINAMIENTO y necesitamos una vía de escape. Bromas a parte, esperamos que disfrutéis con nuestros blogs y que compartáis vuestro punto de vista con nosotros. Estamos abiertos a nuevas y mejores opiniones. Queremos que os divirtáis y que entre todos, sobrellevemos la cuarentena de la mejor manera posible. ¡Vamos a ello!

La cuarentena del COVID-19. Origen y situación actual.
Vamos a ver dónde ocurre todo esto. Necesitamos situarnos antes de nada para poder hablar claramente del tema. El primer caso de Coronavirus, de acuerdo con el CNN Español que cita a su vez a la Organización Mundial de la Salud, se reportó nada más y nada menos que en Wuhan (China), entre el 12 y el 19 de diciembre de 2019. Al principio, los pacientes enfermos ingresaban en los hospitales y eran tratados y reportados como casos de neumonía, ya que nadie conocía de la existencia de este nuevo tipo de virus entonces. Hasta que lo conocimos, ¡y de qué forma!
Después de atacar brutalmente a China, el COVID-19, que es otra forma de nombrar al Coronavirus, se ha extendido en 29 lugares diferentes, y actualmente, sigue propagándose. Pero vamos a centrarnos en nuestro país, España. La Organización Mundial de la Salud declaró el pasado 11 de marzo que, dada la rapidez de la evolución de este virus tanto a nivel internacional como nacional, España debía entrar en cuarentena. Nuestro Estado de Alarma se declaró, como consecuencia a lo dictado por la OMS en busca de la seguridad de todos, el 14 de marzo de 2020, según el Real Decreto 463/2020 publicado en el Boletín Oficial del Estado. Hoy, 14 de abril de 2020, cumplimos un mes de confinamiento y ni a todos nos afecta igual ni todos pensamos lo mismo de él. En este post vamos a ver cómo podemos ‘’luchar’’ contra el confinamiento, eso sí, sin salir de casa.
Hagamos un resumen rápido y sencillo de qué es esto del Coronavirus, para orientarnos. El Coronavirus, también llamado COVID-19 por la OMS, es (por así decirlo) primo del también mortal virus del SARS (sever acute respiratory syndrome. En castellano, para que nos entendamos, síndrome respiratorio agudo grave). Es importante saber que, cuando nos referimos a Coronavirus, en realidad estamos haciendo referencia a un gran grupo de virus comunes en animales. Los coronavirus si pueden afectar a personas, pero generalmente suele ser como una enfermedad leve o moderada en el tracto respiratorio (algo así como un resfriado). Sin embargo, el COVID-19 nos ha salido rebelde, y ha terminado infectando a más de 1.8 millones de personas (según rtve noticias), provocando más de 116.000 muertos en todo el mundo. PERO SEAMOS POSITIVOS, saldremos de esta, solo necesitamos cumplir con las normas dictadas por nuestro Gobierno, entre ellas, el ''maravilloso'' confinamiento.

El Confinamiento y nuestra psicología durante el mismo.
Bien, empecemos por el principio. Si algo nos enseñó la profesora de psicología en segundo de bachillerato fue a definir los términos a tratar. Pues venga.
¿Qué es un confinamiento? ¿Qué es estar confinado? ¿No puedo salir de mi casa más? ¿Pero ni para hacer la compra? ¡EH, CALMA! ¡TRANQUILIDAD! ¡RESPIREMOS! Hagamos yoga.
La RAE nos dice que, confinamiento es la acción de confinar, y que confinar, es recluir a alguien dentro de unos límites. Pero como todo esto suena muy brusco, vamos a ponéroslo sencillo. Confinarse es quedarse en casa, con nuestro pijama y nuestro pelo sin peinar, más divinos que nada. Pero claro, no todos vemos la acción de ‘’quedarse en casa sin salir’’ de la misma forma… ¿o mentimos, queridos amigos fiesteros? Son tiempos difíciles, y por mucho que nos guste la marcha, toca quedarse en casa, hasta que podamos volver a la normalidad. También os digo, la fiesta que nos vamos a pegar después… ¡MADRE MÍA! Vale, vale, seriedad. Prosigamos.
Algunas de las reacciones psicológicas más frecuentes que podemos ver en nuestros amigos, familiares, vecinos e incluso en nosotros mismos por culpa de un confinamiento tan largo como el que estamos viviendo son, entre otros: el estrés, la ansiedad, la irritabilidad, el nerviosismo, la confusión o el miedo, insomnio, dificultad a la hora de concentrarnos (bien para el trabajo o bien para estudiar y hacer las tareas, o simplemente para realizar actividades cotidianas como cocinar, leer o coser), depresión, estrés postraumático y tristeza. Nosotros, desde Philosophyium, pensamos que los tres factores que más se van a dar (entre otros) durante esta cuarentena serán el estrés, el insomnio y la falta de concentración.
Por un lado, el estrés. Creemos que los más vulnerables al estrés serán los adolescentes pero también adultos, sobre todo aquellos cuyo puesto de trabajo esté en riesgo. Expliquémonos. Los adolescentes van a tener tendencia a sufrir estrés según nosotros, porque si ya estaban estresados de antes (gracias, preciosa EvAU), ahora no pueden ni salir a la calle a ver a sus amigos para liberarse del mismo estrés o simplemente evadirse y, además, no saben ni qué va a pasar con sus notas ni con sus exámenes ni mucho menos con su Prueba de Acceso a la Universidad. ¡Planazo!
Por otro lado, el estrés creemos que también se dará en adultos, ya que no saben qué va a pasar con su puesto de trabajo, no saben si quedarán en paro o lo conservarán; saben que están en ERTE, pero los ingresos que reciben no son exactamente los que recibían antes; entonces comienzan a cargarse con preguntas del tipo ‘¿y la hipoteca?’, ¿y las facturas?, etc.
Después, otra situación que desde Philosophyium pensamos que será inevitable es el insomnio o los cambios en el horario del sueño. Por un lado, hay quienes piensan que no es muy sano tener actitudes como por ejemplo acostarse a las cinco o seis de la mañana y levantarse a las dos de la tarde. En Philosophyium nos vamos a defender diciendo que si nos acostamos tan tarde es porque algunos de nosotros tenemos cierta preferencia a trabajar y estudiar de noche, y no necesariamente porque estamos con el teléfono móvil (que a lo mejor un poquito también). Una compañera nuestra nos dice: ‘’Cuando yo me levanto a las dos o tres de la tarde, me tomo un café, voy a las clases de inglés que tengo que dar de forma Online, y desde las ocho de la tarde (después del aplauso sanitario), me siento a trabajar, estudiar y realizar las tareas que tenga pendientes para ese día’’. Otro compañero se defiende de la siguiente manera: ‘’Cierto es que me duermo tarde y me levanto tarde, pero no por eso soy un vago o soy poco productivo. Aunque me levante a las cinco de la tarde, a mí me da tiempo a escuchar algo de música mientras hago ejercicio, hacer los deberes e incluso la cena de vez en cuando. ¿Que habrá gente ‘improductiva’ que se pasa el día en el teléfono? Puede haberla, yo también tengo días en los que el ser vago puede conmigo, pero también creo que este insomnio puede ocurrir porque, al no levantarnos pronto y mover el cuerpo (lo que hacemos tan automáticamente de andar al trabajo o al colegio, ir a jugar el partido de fútbol que te toca etc, es decir, al no cansarnos durante el día) no nos entra el sueño cuando ‘’debería’’.
¿Estáis vosotros, lectores, de acuerdo con las opiniones de nuestros compañeros? ¡Queremos saber vuestros puntos de vista! ¡Os leemos! ¿Sois más de dormiros pronto y aprovechar el día, o sois más de trabajar de noche?
Por último, nosotros pensamos que la falta de concentración es una de las consecuencias que más se van a dar debido al confinamiento. ¿Qué queremos decir con esto? Fácil. Ahora mismo no tenemos horarios, bueno más o menos. A donde queremos llegar es a decir que es posible que sigamos con el clásico horario de cuándo nos tenemos que levantar, que justo después de levantarse hay que asearse, después desayunar (aunque sean las cinco de la tarde), planear qué voy a hacer esta tarde, salir a hacer el aplauso, cuándo será mi llamada con mis amigos, etc, pero son horarios que oscilan entre una hora X y una hora Y, es decir, que no son tan ‘estrictos’ como los que teníamos en la normalidad. Pongamos un ejemplo:
Cuando antes sabíamos que a las 17:00 teníamos que ir a entrenar, nos concentrábamos mucho más rápido en hacer un mínimo de dos ejercicios de matemáticas para no tener que hacerlos después, con toda la tarea que teníamos aún pendiente. Ahora, en confinamiento, llegar a la concentración es más complicado justo porque no tenemos prisa de ir a ningún lugar o no tenemos una hora específica para nada, y es por eso que esos dos ejercicios de matemáticas que antes hacíamos en una hora antes de salir de casa, ahora podemos tardar dos horas porque ni tenemos prisa, ni tenemos el estrés de ir a algún lugar antes de una hora indicada. No obstante, queremos destacar que esto son factores propuestos desde nuestra opinión, y que a cada persona la cuarentena le afectará de diferentes formas, obviamente. No somos expertos, pero es de sentido común afirmar esto ya que ni todos los ciudadanos disponemos de las mismas capacidades psicológicas para sacar factores positivos del confinamiento ni todas las situaciones son diferentes, ni todos lo afrontamos con la misma valentía. Por ejemplo, un adolescente cuyo abuelo haya fallecido por COVID-19 es muy probable que esté mas nervioso, estresado o con un mayor nivel de ansiedad que otro cuyos familiares están todos sanos. Es por esto, que no debemos burlarnos ni reírnos de nadie, ni mucho menos imponer un pensamiento positivo cuando hay personas que, naturalmente, no van a poder ver todo de color de rosa.
En Philosophyium hemos podido observar que no afrontan de la misma forma la cuarentena un compañero más introvertido que otro más extrovertido. Es decir, una persona introvertida, que no es de mucho salir de casa, o que simplemente disfruta quedándose en casa la mayor parte de su tiempo libre solo para jugar en el ordenador o para leer, o a alguien como una de nuestras compañeras, a quien estar en calma y soledad le parece terapéutico y necesario para su salud mental, el confinamiento es un regalo del cielo, una bendición, la gloria, la octava maravilla. Sin embargo, personas que prefieren estar en la calle, o en la naturaleza, o que son más sociables y extrovertidas y necesitan salir y ver a sus familiares y amigos, esta cuarentena puede ser los más parecido a estar en la cárcel, el infierno, lo peor del mundo. Pero, ¿quién tiene razón? Ambos.
Veréis, el confinamiento nos puede brindar una muy buena oportunidad para centrarnos en nuestro bienestar psicológico, para trabajar la calma, el amor propio y muchas otras cualidades que todos tenemos dentro, pero también nos va a servir para echar de menos, y esto no tiene porqué ser malo. Pensad que, de tanto echar en falta a nuestros amigos ahora, el abrazo que les vamos a dar en cuanto se nos permita salir a la calle será una maravilla. ¡Qué fantasía!

Los pensamiento negativos durante el confinamiento. Luchar contra ellos.
Ya hemos comentado antes que lo que no podemos hacer es imponer a todos pensar en que saldremos de esta situación. Obviamente vamos a salir, y estaremos más felices y concienciados que nunca, pero hay que saber ponerse en la piel de los que están pasándolo mal ahora. Claramente, no les vamos a hundir y a meterles más negatividad o menos esperanza en la cabeza, pero con regalarles una sonrisa, sobra. Vamos a comentar ahora algunos de los pensamientos que nuestros colaboradores de Philosophyium más han escuchado en estos casi 30 días de estar en casa y vamos a ver, desde nuestro punto de vista, cómo podemos luchar contra ellos.
Primer pensamiento negativo: No voy a llegar a fin de mes.
Típico de nuestros padres y mayores. Con toda la situación económica que ha provocado y sigue provocando esta crisis sanitaria del COVID-19, muchas personas están en riesgo de perder su trabajo cuando todo esto pase, es decir, cuando volvamos a la normalidad. Muchos también se preocupan de que, aunque están recibiendo cierto dinero gracias a ayudas del Estado como el ERTE, esta cantidad no es ni la mitad de lo que recibían antes y, si antes del confinamiento a penas les llegaba para comer y mantener una casa, no se atreven ni pensar cómo van a salir ahora de esta situación. En Philosophyium, y mira que le hemos ‘’dado al coco’’, no sabemos cómo neutralizar este pensamiento exactamente, ya que no es algo que podamos ignorar o apartar de nuestras vidas y volver a pensarlo más tarde. No por nada en especial, sino porque comer, tenemos que comer todos los días y, de momento, en el súper no dan nada gratis. Lo que si podemos hacer es agarrarnos a las medidas que está tomando el Gobierno para que a todos se nos faciliten todos los recursos necesarios para las necesidades básicas. En nuestro país, según La Vanguardia, las medidas aprobadas hasta ahora (como por ejemplo apoyo a la sanidad con un 0.3% de PIB, la moratoria de seis meses de las deudas tributarias de pymes y autónomos hasta un máximo de 30.000€, la moratoria del pago de hipotecas para trabajadores y autónomos de renta baja…) suponen un 1,4% de PIB (que esto, en lenguaje comprensible, es el producto interior bruto, o lo que es lo mismo, los bienes producidos en un país generalmente en un año), es decir, 17.427 millones de euros.
Resumiendo, el Gobierno está destinando una gran cantidad de dinero para ayudarnos a todos, por lo que, aunque parece que no, es posible que sí puedas llegar a fin de mes.
Segundo pensamiento negativo: No, no, aquí dice que es que han muerto más personas que las que dice la tele. Y en este otro lugar dice que es que se alarga el confinamiento… Y aquí pone que si me pongo una venda rosa en el cuarto dedo del pie derecho, no me puedo contagiar.
Dentro de la broma, este segundo pensamiento representa a todos los bulos y falsas noticias que nos llegas por la sobre información a la que, voluntariamente, nos exponemos ahora en confinamiento. Como tenemos mucho, mucho tiempo libre, y muchos de nosotros vivimos preocupados sobre el tema más de lo que deberíamos estarlo, en vez de dedicarnos a hacer actividades productivas, leemos quince periódicos diferentes y revisamos ocho redes sociales distintas que nos hacen llegar información que, en un 75%, es falsa. Seamos claros, con esto no queremos decir que Informativos Tele5, Antena3 o La Sexta estén mintiéndonos, claro que no. Pero lo que sí queremos destacar es que, ahora mismo, muchas personas se están intentado aprovechar de la situación de vulnerabilidad mental de (sobre todo) personas mayores o adultos no tan mayores, que simplemente son más débiles psicológicamente, para llenarles la cabeza con información falsa, bulos y noticias surrealistas sobre toda la situación del confinamiento.
Para poder evitar esto, desde Philosophyium proponemos lo siguiente: quitarles el móvil a vuestro mayores. Esto quiere decir que, si obviamente quieren verse su capítulo de La Casa de Papel de Netflix, pues adelante, total otra cosa dudamos mucho que vayan a hacer, pero intentad, como jóvenes ángeles guardianes que somos, permitir que su mente vaya por otros lugares y que la palabra Coronavirus sólo les aparezca cuando se sienten a cenar y a ver el telediario de las 20:30. ¿Estamos prohibiendo a los padres y abuelos informarse? ¡No! ¡Claro que no! Bueno un poco si…
A ver... si les apetece ver Facebook, adelante. Si les apetece leerse un libro online, adelante. Lo que tenéis que evitar, para ayudarles, es que se expongan a fuentes de información que no sean fiables.
Tercer pensamiento negativo: Necesito ir a comprar, porque no me queda de nada…
Este pensamiento los hemos escuchado constantemente en nuestras casas. Pero no hace falta oírlo para saber que es cierto y que está pasando, solo necesitamos asomarnos por la ventana y mirar hacia la tienda o supermercado más cercano que tengamos: las largas colas que se forman tanto por la mañana como por la tarde son increíbles. Pongámonos a pensar: ¿de verdad es necesario todo ese jaleo? Recordemos el primer día en el que se anunció la cuarentena…
¿Os acordáis de los barullos, las colas y la escasez de productos que hubo? ¡ESTAMOS LOCOS! ¡VAMOS A MANTENER LA CALMA TODOS, PORFA!
Dentro del humor con el que Philosophyium pretende sacaros una sonrisa mientras invertís vuestro tiempo en leernos, vamos a pensar en cómo combatir este pensamiento negativo. Primero, dejemos las cosas claras, aunque sea cómicamente: NO POR COMPRAR OCHO PAQUETES DE PAPEL HIGIÉNICO nos vamos a librar de contraer el virus. Y no por bajar a hacer una macro compra por la mañana y una macro compra por la tarde nos vamos a salvar. Además, un poco de coherencia, que estamos en confinamiento, pero no es el fin del mundo. Y no solo eso… ¡No vayáis todos de golpe al súper! Lo mejor es esperar a que todo colapse y luego podamos ir a comprar reventando las cristaleras con un bate, ¡¡que eso se estudia en primero de Apocalipsis!! Es una broma :) . No queremos que se note que pasamos mucho tiempo en las redes sociales...
Pero seamos honestos, todas las películas que vemos de gente rompiendo las tiendas para robar la comida es pura y nada más que ficción y esto, obviamente, NO VA A PASAR en nuestro país, por mucho que nos gusten las películas americanas del fin del mundo. Por último, es muy importante recordar que, aunque no bajemos hoy a por el pan, mañana nuestra barra estará allí, en la panadería esperándonos, porque los supermercados reponen todos los días, y ningún artículo se va a agotar para siempre. Necesitamos mantener la calma y comprar lo esencial sólo cuando sea necesario.

Seamos positivos. Algunas pautas para afrontar al confinamiento.
Desde esta página buscamos entretener, aprender, compartir ideas pero sobre todo, ayudar. Después de mucho pensar y leer varios foros de psicólogos que nos dan consejos con diferentes formas de sobrellevar el confinamiento, hemos decidido tomar también nuestro propio punto de vista para ayudaros. Estas son algunas de las pautas que nosotros consideramos esenciales para poder afrontar nuestra cuarentena:
Primero, necesitamos tener, alrededor nuestro, un entorno ‘saludable’ en el que podamos continuar (dentro de lo posible) con nuestras actividades cotidianas y nuestras metas. Con saludable no queremos decir exclusivamente ‘libre de coronavirus’, que también, sino un entorno en el que nos encontremos cómodos y felices, en el que podamos desarrollar actividades tranquilamente, sin mala vibra. Nuestra casa, la casa de nuestra abuela o cualquier lugar donde nos haya pillado en confinamiento. RECORDATORIO: no salgáis a vuestras segundas viviendas, que esto es una cuarentena y (por desgracia) no unas vacaciones.
Segundo, no estar todo el día pegado a la señora televisión, solo para ver programas en los que el único tema es el confinamiento. Ya lo hemos explicado antes. Sí, estar informado es maravilloso porque nos permite avanzar en Netflix y HBO todo lo que no podríamos haber avanzado nunca, pero no es bueno que estemos tan sobrecargados. Además, que en la televisión también existen otros canales, no solo el telediario.
Tercero, es bueno recuperar viejas costumbres o aprender cosas nuevas para mantenernos entretenidos, sin necesidad de horarios. Con esto buscamos una sencilla forma de distracción. Algunas actividades como coser, hacer punto, aprender un baile, jugar a juegos de tablero o de mesa, etc nos van a mantener entretenidos un buen rato.
Cuarto, debemos generar rutinas que no sean estrictas, es decir, por mucho que nos guste, NO NOS PODEMOS QUEDAR TODO EL DÍA EN LA CAMA. Aunque nos levantemos a las cinco de la tarde, debemos levantarnos de la cama, asearnos, hacernos un café, sentarnos a leer, cambiarnos del pijama a ropa cómoda etc. Esto nos mantendrá entretenidos y hará que nuestra mente no piense solo en ‘estoy encerrado’. Un detalle importante, es que si no cumplimos las rutinas, NO PASA NADA, no nos debemos frustrar.
Quinto, no podemos dejar de mantener el contacto virtual con nuestros amigos, familiares o incluso compañeros del trabajo. Esta acción nos ayudará a socializar y a no sentirnos solos además de evadirnos y, probablemente, pasar un buen rato. Aplicaciones como Zoom o Skype son las que más se están utilizando ahora para hacer llamadas de vídeo grupales y ‘echarse unas risas’ con nuestros amigos.
Sexto, debemos salir a hacer el aplauso sanitario, ya que no solo debemos agradecer a todos los que están arriesgándose por nosotros (Fuerzas Armadas, Guardia Civil, Protección Civil, UME, Policías Nacional y Local, Cuerpo de Bomberos, Sanitarios, personal de limpieza y supermercados...), sino porque así también podemos aprovechar para socializar porque podemos ver a nuestros vecinos a través de los balcones y ventanas, y entre un saludo y otro, nos podemos contar qué tal está esa serie nueva que nos hemos empezado.
Séptimo, no nos podemos olvidar de hacer algo de ejercicio (desde Philosophyium recomendamos Just Dance… probad a poneros el Just Dance mientras habláis en vídeo-llamada con vuestros amigos… veremos quién es capaz de aguantarse la risa), comer sano (medianamente, porque esas torrijas de Semana Santa… ¡ojito lo ricas que estaban!) y, dentro de lo posible, respetar los horarios del sueño.

Convertir el problema en oportunidad: ¿Qué lecciones o conclusiones están extrayendo de esta adversidad nuestros lectores? Os leemos.
Nos cuenta Ana, 18 años, Madrid:
A mi, personalmente, el confinamiento me está encantando. Ahora puedo ajustarme a poder trabajar y estudiar de noche (que es cuando yo soy más productiva) sin preocuparme de tener que madrugar al día siguiente. Personalmente, me encanta estar en mi casa, en mi habitación. Me pongo mis
auriculares con mi música favorita, y me dedico a leer o a hacer tareas y resúmenes para organizarme bien para la EvAU, así como tareas que mandan desde el instituto. Me entretengo con mis redes sociales y cada dos o tres días hablo con mis amigos por vídeo-chat. También estoy tele trabajando, dando clases de inglés que antes solía dar en la academia por Skype. ¡Y no puedo estar más feliz! Es súper cómodo dar las clases en pijama, o en chándal y ver cómo todas las niñas (y me incluyo) llevamos un moño en la cabeza y los niños llevan su pijama favorito de Spiderman. ME ENCANTA. Sin embargo, si que es cierto que echo de menos ver y abrazar a mis amigos. Por suerte o por desgracia, no tengo muchos familiares aquí en España, y con los pocos que tengo (dos tías, cada una con su
marido y mis cuatro primos) hablamos casi todos los días por vídeo-chat, y nos lo pasamos genial.
En conclusión, a mi el confinamiento me ha hecho darme cuenta de todas las personas que tengo al lado y de todas de las que puedo prescindir. Es una experiencia maravillosa. Además, siempre intento mantenerme positiva. Creo que es esencial para sobrellevar la cuarentena, tanto para un nivel personal como para la familia, ya que si ellos te ven contento, ellos también lo estarán.
Nos cuenta Andrea,17 años, Madrid:
Durante esta cuarentena, y lo que nos queda, he podido extraer unos puntos negativos pero también muchos positivos. La parte negativa es que no puedo ver ni abrazar a mis amigos. Echo de menos mi libertad, es decir,, poder salir a donde quiera y cuando quiera. Si esto no es poco, estoy muy perdida con todo el tema de la EvAU, porque solo escucho en la televisión sobre el virus, la gran crisis que se nos viene encima, la poca oportunidad de trabajo ligada a la crisis etc, pero a los estudiantes a penas se nos menciona o se nos tiene en cuenta. Tampoco me gusta no poder hacer cosas importantes, como bailar, cara a cara con mis compañeros y mis profesores, así como hablar de temas importantes o serios, porque no es lo mismo hacerlo a través de una pantalla. Pero, no todo es tan negro y tan malo. Estoy contenta de estar en casa porque ahora estoy más unida a mi familia que nunca, puedo organizarme durante el día como yo quiera, sin necesidad de seguir horarios estrictamente establecidos. No se interponen en mis planes gente ajena a mi círculo con la que, antes de la cuarentena, tenía que socializar. Los días me cunden muchísimo más, no me estreso tanto, voy con mucha más calma. Y, por último, algo muy positivo que veo que me ha pasado gracias a esta cuarentena es que he aprendido a organizar mi forma de estudiar de otras maneras que me están resultando
más eficaces.
Blog escrito por el equipo de Philosophyium.
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Comments
Me ha gustado mucho el artículo y el enfoque que le das. Al añadir un poco de humor le da dinamismo a la hora de leerlo. Gran trabajo !!